lunes, 11 de febrero de 2013

METACOGNICIÓN


METACOGNICIÓN: ESTRATEGIA IMPOSIBLE DE OLVIDAR

  EN UN PROCESO DE  APRENDIZAJE

Aura josefina Ríos Ríos
Docente fundación Universitaria Monserrate

SINOPSIS:
Un estadio central en la programación didáctica de los aprendizajes lo constituye la selección y ordenación de los objetivos y contenidos de enseñanza. Se trata, sin duda, de una tarea de cierta envergadura y complejidad técnica, para cuya resolución los profesores y las profesoras contamos, por lo general, con una preparación y experiencia amplia, sin embargo, en este ámbito  los llamados procedimientos, se establecen en términos de un conjunto variado de operaciones mentales y motrices que todos realizamos con vistas a abrir y consolidar vías de acceso al saber; o digamos a los distintos saberes --en plural--, dada la obligada compartimentación que hoy en día aplicamos a nuestros intentos de comprensión de la realidad y de nosotros mismos.
En este proceso intervienen por supuesto indiferenciadamente las estrategias refiriéndonos a las secuencias integradas de operaciones que se eligen con un determinado propósito. Los alumnos que aprenden satisfactoriamente han desarrollado un amplio repertorio de estrategias entre las que saben elegir la más apropiada para una situación específica, adaptándola con flexibilidad para hacer frente a las necesidades de cada caso. En esta medida, se plantea una vez mas
el aprendizaje de estrategias de aprendizaje: El aprender como se aprende es la estrategia más vital para las personas, específicamente es el equipaje más valioso para todo profesional. La metacognición es posiblemente el recurso que asegura el aprendizaje permanente, el cambio conceptual y por tanto la competitividad laboral en la población que nos ocupa. Recuperar su importancia y  su didáctica en el aula de clase se convierte en tarea primordial para todos aquellos que en algún momento la hemos obviado o en el peor de los casos olvidado.
 











Los modelos mentales son supuestos hondamente
arraigados e imágenes que influyen sobre nuestro
modo de comprender el mundo y actuar. La disciplina
de trabajar con modelos mentales empieza por volver
el espejo hacia adentro: aprender a exhumar nuestras
imágenes del mundo, llevarlas a la superficie y
someterlas a un riguroso escrutinio.
Peter Senge
Las instituciones educativas plantean con frecuencia procesos de innovación que tienden a expresarse en cambios a las secuencias de los contenidos, en los textos de referencia, en las metodologías de enseñanza o en las nuevas tecnologías que se introducen. En muchas ocasiones, tales cambios no tienen en cuenta explícitamente los procesos individuales y particulares de los estudiantes, de esta forma, en el marco  de la globalizada sociedad de la información, las corrientes pedagógicas actuales de tipo socioconstructivista y las nuevas posibilidades simbólicas, comunicativas, didácticas y  organizativas, no solo propician transformaciones en los tradicionales papeles docentes sino que también los estudiantes universitarios se deben enfrentar al uso de nuevas técnicas y pautas de actuación. Así, Marqués (1999) plantea compromisos actuales por parte de estos como:
-         Aprovechar nuevas fuentes de información y recursos. Desarrollando estrategias de exploración, búsqueda sistemática, almacenamiento, estructuración y tratamiento (análisis, síntesis...), valoración y aplicación de la información.
-         Observar con curiosidad el entorno real atentamente para armonizar lo conceptual y lo práctico.
-         Estudiar con un método, siguiendo un plan que contemple objetivos, tareas a realizar y temporalización de las mismas.
-         Buscar causas y efectos, y saber relacionarlas. Elaborar y verificar hipótesis y aplicar estrategias de ensayo-error en la resolución de problemas y en la construcción de los propios aprendizajes.
-         Estar motivado y perseverar. Trabajar con intensidad y de manera continuada. Tener autoestima. Afán de superación y perseverancia ante las frustraciones.
-         Actuar con autonomía e iniciativa para tomar decisiones. Aceptar la incertidumbre y la ambigüedad.
-         Trabajar de manera individual y colaborativa. Negociar significados. Dialogar y. Saber escuchar.
Ahora bien, en la practica y  en las teorías educativas actuales se ha dado un fuerte impulso al desarrollo de las competencias formadoras por parte de los estudiantes, sin embargo, también es importante que el docente reflexione sobre su papel como promotor  del desarrollo de estas características deseables en el estudiante. Competencias en términos de capacidades complejas, que poseen distintos grados de integración y se ponen de manifiesto en una gran variedad de situaciones correspondientes  a los diversos ámbitos de la vida humana personal y social.
Las competencias integran distintas capacidades en estructuras complejas. Estas pueden ser sistematizadas en orientaciones como: intelectuales, practicas y sociales, en donde, para la intelectual, el trabajo que se realiza no es una novedad  pues desde siempre se ha buscado que el alumno se haga más competente en sus actuaciones cognitivas . Por ello, la adquisición de algoritmos, técnicas, hábitos y destrezas, métodos, etc., para mejor aproximarse a unos conocimientos específicos, ha estado siempre contemplada como objetivo valioso de la enseñanza, Sin embargo, existe un elemento, que a mi modo de ver, aun no se encuentra en el escaño mas alto del entramado de los procedimientos y herramientas para el aprendizaje: “los procesos asociados a la metacognición”.
Nisbet y Shucksmith (1995) definen a esta ultima así: “Metacognición  es el termino con  el que se designa la capacidad de conocer el propio conocimiento, de pensar y reflexionar sobre como reaccionaremos o hemos reaccionado ante un problema o una tarea”. Es este un concepto de notable importancia para la psicología constructivista: mediante la puesta en marcha de procesos de esta naturaleza, el estudiante accede al verdadero conocimiento significativo. Lo que se quiere decir es que, en realidad, para que se pueda hablar de una autentica aplicación de una estrategia de aprendizaje no basta con que tenga lugar una simple ejecución mecánica de determinadas habilidades, sino que se precisa una cierta planificación de esas habilidades en una secuencia orientada a un fin, lo cual solo es posible si existe un cierto grado de metaconocimiento, que hace que aquellas se usen de modo estratégico.
De hecho, la metacognición, aunque puede ser desarrollada hasta niveles de elevada complejidad, como forma de conciencia se puede decir que acompaña a todo aprendizaje.
En este orden de ideas, este nivel de conciencia no puede ser reservado como patrimonio exclusivo de los procedimientos, J. Flavell (1976), uno de los padres de la psicología cognitiva, añade aquí otra dimensión esencial cuando dice: “ Metacognición significa el conocimiento de uno mismo concerniente a los propios procesos y productos cognitivos y a todo lo relacionado con ellos”.
Expresado de otro modo, esto equivale a afirmar que el nivel último de la conciencia viene definido por la reflexión sobre el conjunto del conocimiento adquirido, un entramado en el que se combinan conocimientos declarativos (conceptos) y la reflexión sobre el despliegue de procesos mentales de procesos mentales y motrices que han permitido alcanzarlos e instrumentalizarlos (procedimientos); es decir, sobre la potencialidad global de la mente como instrumento de aprensión de la realidad e intervención sobre la misma. Así pues, en ese ámbito de las operaciones intelectivas, lo conceptual y lo procedimental se hilvanan entre sí a modo de “espirales” sucesivos que se encaminan, en un proceso siempre abierto, inacabado y en continuo progreso, hacia la construcción de la mente y de la conciencia.
 Así pues, propiciar el fortalecimiento de habilidades metacognitivas sería el procedimiento personal más adecuado para adquirir un conocimiento. Ello supone impulsar  el autoconocimiento, como una forma de acercamiento a los hechos, principios y conceptos. Por tanto  aprender debe  implicar para el maestro y para el estudiante:
 * El aprendizaje y uso adecuado de estrategias cognitivas.
* El aprendizaje y uso adecuado de estrategias metacognitivas.
* El aprendizaje y uso adecuado de modelos conceptuales (andamios del aprendizaje y del pensamiento).
 Desde esta perspectiva se supone dotar al individuo de "herramientas para aprender" y de este modo desarrollar su potencial de aprendizaje (las posibilidades del aprendizaje que posee).
El conocimiento más importante es el conocimiento de uno mismo, o "metacognición": esto implica el conocimiento sobre el propio funcionamiento psicológico, en este caso, sobre el aprendizaje. Es decir, ser conscientes de lo que se está haciendo, de tal manera, que el sujeto pueda controlar eficazmente sus propios procesos mentales. Por tanto al alumnado no sólo habrá que enseñarle unas técnicas eficaces para el estudio, sino que también deberá tener un cierto conocimiento sobre sus propios procesos de aprendizaje. La vía fundamental para la adquisición de ese metaconocimiento será la reflexión sobre la propia práctica en el contexto. Aparicio (1991) lo ratifica cuando dice: «Aprender a aprender genera independencia y responsabilidad, promueve la autonomía y de paso amplía indefinidamente los horizontes del ser humano en su deseo de acceder al conocimiento y de producirlo»
Ello implica que aprender a aprender y comprender lleva a un desarrollo, refinamiento - cualificación - de los esquemas cognoscitivos así como a una necesaria transformación de un estilo pasivo y dependiente del conocer por otro en el que el pensar, el percibir, el memorizar y el comprender construyen un formante activo, automotivado y sobre todo independiente, reflexivo y realmente agente constructor de su propio conocimiento, resultado de una interacción transaccional con el ambiente,así como, con unas realidades empíricas y conceptuales de las que parte en su propia construcción intencional y deliberada como estudiante  eficiente.
La invitación es, que, lo que finalmente se pretende es educar al alumno adulto para lograr su autonomía, independencia, y  juicio crítico, y todo ello mediatizado por un gran sentido de la reflexión. El profesor/a debe desarrollar en su alumnado la capacidad de reflexionar críticamente sobre sus propios hechos, y por tanto, sobre su propio aprendizaje, de tal manera que la persona logre mejorar su práctica en el aprendizaje diario, convirtiendo esta tarea en una aventura personal en la que a la par que descubre el mundo del entorno, profundiza en la exploración y conocimiento de su propia personalidad, esto por supuesto, a través, de procesos metacognitivos.
ALGUNAS POSIBILIDADES:
·        Las actividades metacognitivas deberán ser planificadas y explicitadas. Actividades como deconstruir saberes previos (¿cómo se originó ese saber?), tomar decisiones en grupo (argumento-contraargumento), definir el conflicto cognitivo, construir hipótesis y contrastarlas, contribuyen de modo privilegiado al desarrollo de las competencias a alcanzar.
·        Solicitud de ayuda, clarificaciones, repeticiones, ejemplos, correcciones, etc., a fin de posibilitar la interacción y cumplir las metas de aprendizaje.
·        Establecimiento de rutinas operativas (académicas y sociales) generales: búsqueda, selección y difusión de la información, contraste de la misma, solicitud de orientación y utilización de fuentes de recursos, etc., estructuración de las tareas de aprendizaje Y, en general, uso de técnicas ("torbellino de ideas', toma de notas) y creación de hábitos de trabajo individual y colectivo eficaces (programación del tiempo, determinación de prioridades, administración de los recursos, asignación/distribucion de funciones, superación de conflictos sociales, compartir lealmente, etc.).
·        Adopción, de manera individual o colectiva, de iniciativas tendentes a la mejora de la eficacia en el aprendizaje.
·        Determinación de las demandas cognitivas y operativas de una tarea. Ante ellas, reconocimiento de las capacidades propias y disposición para superar las propias limitaciones.
·        Selección de la/s estrategia/s adecuada/s (por ejemplo, imitar, proceder por ensayo y error) y determinación de los medios (por ejemplo, utilizar diversas fuentes de recursos diccionarios, gramáticas, etc. de información y de investigación) para abordar un problema o la resolución de una tarea concreta.
·        Razonamiento inductivo. Generación y evaluación de ideas, hipótesis y predicciones. Razonamiento deductivo y analógico. Uso de procedimientos científicos comunes: indagación, observación, recogida de datos, clasificación, organización, y jerarquización de los mismos; inferencia; síntesis; extrapolación.
·        Identificación de alternativas y adopción de decisiones/soluciones racionales.
·        Transferencia de las estrategias y los principios operativos aprendidos de una situación a otra.
·        Codificación, almacenamiento, recuerdo/recuperación y representación de la información según distintos códigos (verbales y no verbales).
·        Utilización del lenguaje y de otros códigos de representación para el análisis de la realidad, la plasmación de conceptos y el desarrollo del pensamiento y la expresión creativa.
·        Desarrollo de procesos de metacognición, como los implicados en la evaluación del recorrido seguido y las estrategias empleadas en la resolución de una tarea. Autoevaluación.

BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA

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BURÓN, J. (1993). Enseñar a aprender: introducción a la metacognición. Bilbao: Ediciones Mensajeros.
BRUNER, Jerome. Realidad mental y mundos posibles. Gedisa Editorial. Barcelona. 1996.
GARDNER, R. (1992). Metacognition and self-monitoring strategies. In S. J. Samuels & A. E. Farstrup (eds.), What research has to say about reading instruction, 2da ed. (pp. 236-252). Newark, DE: International Reading Asso.
MACLURE, Stuart y DAVIES, Peter. (1994). Aprender a pensar, pensar es aprender. Barcelona. Ed. Gedisa.
MONEREO, C. (1990): "Las estrategias de aprendizaje en la educación formal: Enseñar a pensar y sobre el pensar." En Infancia y Aprendizaje, núm. 50.
NICKERSON, Raymonds; PERKINS, David; SMITH, Edward. (1994). Enseñar a pensar. Aspectos de la aptitud intelectual. Barcelona. Paidós.
NISBET, J. y J. SHUCKSMITH (1987): Estrategias de aprendizaje. Santillana (Aula XXI), p. 22.
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SMITH, Frank. (1994). Understanding y Reading. New Jersey. Lawrence Erlbaum Associates. Plublishers.

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